Los servicios de Información detectan convocatorias para emboscar a la Policía en botellones
El levantamiento de las restricciones por la pandemia dispara los enfrentamientos e intentos de agresión a las fuerzas policiales por todo el país
Tras un final de verano lleno de disturbios todas las policías españolas coinciden en mantener refuerzos ante la evidente pérdida del principio de autoridad policial
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En el año 2020, justo al principio de la pandemia, la Guardia Civil realizó un informe interno sobre la evolución social a la que iba a estar sometida España cuando empezaran a levantarse las restricciones impuestas como consecuencia de la crisis sanitaria que se asomaba en el horizonte por culpa del coronavirus. La lógica crisis económica, el desempleo y el aumento de la delincuencia parecían una retahíla de conclusiones lógicas asociadas a la situación en la que el confinamiento y otras medidas inherentes al estado de alarma iban a dejar el país. Sin embargo, hubo una consecuencia en aquel informe a la que nadie prestó especial atención: la pérdida de respeto del principio de autoridad por parte de la población a los cuerpos policiales. Ahora, cuando muchas de las restricciones impuestas por el Covid han decaído es cuando esa conclusión aparentemente residual está tomando rango de peligro real. Los Servicios de Información policial de todo el país han detectado en los botellones que acuden a disolver una clara intencionalidad de agredir a los policías que se presentan en estas reuniones.
Los autores del citado informe de la Guardia Civil adelantaron que durante el confinamiento habría intervenciones policiales difíciles de comprender por parte de la población, lo que acabaría convirtiendo a los policías en objeto de crítica primero y vía de desahogo y pago de frustración después. Tal cual ocurrió, porque a medida que se fueron difundiendo vídeos de actuaciones policiales contra presuntos vulneradores de medidas como el confinamiento, la sociedad comenzó a dividirse entre los que respetaban la labor policial y los que por no entenderla se oponían a ella. Por eso, de un tiempo a esta parte, sobre todo tras el alzamiento del confinamiento, se han visto más que nunca escenas de resistencia agresiva y agresiones contra agentes de Policía. El último episodio de esta escalada de violencia contra policial se está haciendo extremadamente evidente en los botellones que se convierten estos días en noticia en todo el país.
Detenidos por agredir a policías
En las últimas jornadas se ha disparado el número de personas detenidas por parte de la Policía en diversos botellones y celebraciones en varios puntos del país. En Noja, en Cantabria, 18 personas acabaron detenidas por los graves altercados ocurridos al tratar de disolver la Guardia Civil un botellón. Cuando los agentes llegaron a la zona se encontraron con dos situaciones inesperadas. La primera, que el botellón por el que habían llamado varios vecinos a las cuatro y media de la madrugada estaba compuesto por 600 personas. Antes, en la época previa al coronavirus, estas personas se habrían disuelto y los agentes habrían levantado actas por faltas administrativas. Ahora uno de los guardias civiles salió del botellón con una brecha en el ojo y las personas detenidas lo fueron por atentado a la autoridad después de protagonizar una lluvia de objetos contra los agentes.
Pero es que sólo 48 horas antes, en el País Vasco, concretamente en San Sebastián y en Hernani, 15 personas eran detenidas en similares circunstancias cuando la Ertzaintza disolvía botellones. De hecho, fuentes de la Policía autónoma vasca llevan tiempo advirtiendo a OKDIARIO del incremento de la violencia grupal que vienen sufriendo de un tiempo a esta parte, algo que se ha hecho extensivo a otras zonas como Navarra, en la que la Policía Foral se ha enfrentado a hechos similares.
Esta concatenación de violencia contra la Policía localizada en la disolución de botellones ha llevado a los Servicios de Información policiales a investigar si se trata de una tendencia puntual o si por el contrario hay una premeditación en estos hechos. Fuentes policiales consultadas por este periódico apuntan a que, si bien antes de la pandemia los botellones se celebraban igualmente, quienes los protagonizaban asumían que la fiesta acababa con la llegada de la Policía.
Ahora es justo al revés y la Policía ya ha localizado en redes sociales y grupos abiertos quedadas para hacer botellones en las que se anuncia que cuando lleguen las fuerzas del orden no permitirán que se les disuelva, así como así.
Este tipo de situaciones ha llevado a que algunas ciudades como Madrid hayan decidido reforzar la vigilancia policial de cara a septiembre. La delegada de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Inmaculada Sanz, ha reconocido “un aumento de la agresividad contra la Policía, una parte de la población joven está mostrando una agresividad mayor que antes”, lo que justificaría que la Policía se refuerce de cara a esta moda de atacar a los que llegan para hacer cumplir la Ley.